Actualmente la IA copa gran parte de los medios de comunicación, gracias a los grandes avances que hemos visto en los últimos años, tras la llegada de asistentes personales como ChatGPT que han superado grandes hitos aprobando todos los exámenes de carreras como Medicina o Derecho, aunque en muchas ocasiones no con las mejores notas.
Aún así, hay que ser conscientes de que gran parte de toda esa información que recibimos en redes tiene fuertes intereses comerciales que hacen distorsionar y crear una sensación de que toda empresa necesita dar el salto ya mismo a la IA para no quedarse atrás y dicho sea de paso crear un alarmismo excesivo alrededor de la idea de que la IA va a reemplazar en el futuro inmediato numerosos puestos de trabajo.
Es verdad que toda esta revolución acabará llegando a todo tipo de empresas y sectores, pero antes de embarcarse en cualquier proyecto de IA, debemos analizar una sería de cuestiones clave:
¿Está mi organización preparada para ello? ¿Qué casos de uso puedo tener en mi industria? ¿En cuáles de ellas puedo obtener un retorno de inversión que lo justifique?
El objeto de este artículo es en primer lugar clarificar antes que nada, que es y que no es IA (Inteligencia Artificial); y a partir de ahí, poder seguir una serie de recomendaciones para preparar a nuestra organización para este cambio, teniendo en cuenta todas las variables económicas, técnicas y organizativas.
También veremos que potenciales ventajas podemos encontrar en la IA para nuestra pyme y entender mejor como va a ser un factor clave –independientemente de a lo que se dedique nuestra empresa– en el aumento de la competitividad en el futuro más próximo. Se trata de la próxima gran revolución económica como lo han sido antes invenciones tan importantes como el desarrollo de las telecomunicaciones y del transporte a gran escala.
La Inteligencia Artificial puede ser definida como la ciencia que se encarga del estudio y desarrollo de sistemas inteligentes, que permiten simular las capacidades humanas relativas a la cognición, el entendimiento y el razonamiento. Algunos de sus principales campos de estudio, son el procesamiento de lenguaje natural, la visión por computador, el aprendizaje automático y la robótica.
Lo que distingue a un sistema IA de un sistema tradicional basado en algoritmos, es que la IA es capaz de aprender de forma autónoma, siendo capaz de auto mejorarse recursivamente a lo largo del tiempo, siendo su principal característica la adaptabilidad.
Esto proporciona innumerables ventajas competitivas en el mundo empresarial, ya que actualmente el entorno económico y social es altamente cambiante. La IA llega con la promesa de revolucionar diversos procesos empresariales, y es verdad que en diversos ámbitos como el tecnológico y el financiero, ya lo esta haciendo; el problema actualmente es que en muchas ocasiones se llama IA a lo que no es, distorsionando enormemente el concepto y creando esperanzas que no están.
Es verdad que con la IA se podrá alcanzar un mayor grado de automatización de procesos, ya que esta proporcionará nuevos insights que permiten tomar mejores decisiones basadas en la correlación estadística de innumerables bases de datos. Automatizar en el sentido clásico, es sólo un algoritmo que permite ejecutar ciertas tareas en cierto orden para producir un resultado determinado. En cambio la IA, es capaz de aprender y de hacer las mejores recomendaciones en cada nuevo escenario.
La IA no es perfecta, ni mucho menos, y tiene una serie de limitaciones muy importantes. Algunas de ellas tienen que ver con la falta de ciertas habilidades que son inherentemente humanas como puede ser la empatía, la ética o la creatividad.
Por ejemplo, la IA puede generar contenido que sea creativo, podemos usarla para ayudarnos en la redacción de un nuevo ensayo. Sin embargo, para ello es necesario darle unas instrucciones claras (prompts) de forma secuencial acerca de lo que queremos conseguir.
Es decir, sin una buena formación y entendimiento de como funcionan dichas tecnologías, impiden una correcta adopción de la IA por parte de las organizaciones.
Esto es bastante improbable que ocurra debido a diversos factores, el principal de ellos es que los sistemas de IA no son completamente autónomos. Es decir, pueden que tengan una casi completa autonomía dentro de un entorno controlado, pero de ninguna de las maneras nos encontramos ante un escenario donde los robots y los sistemas de IA funcionarán de forma completamente independiente sin intervención humana.
En cambio, creemos que una tendencia imparable es que las empresas que sepan adoptar e integrar correctamente la IA en sus procesos, serán más ágiles y adaptativas al mercado y a las preferencias de los consumidores, traduciéndose en un ventaja competitiva que será clave en este siglo XXI.
¿Preparado para empezar a dar el salto a la IA?
Te animamos primero a seguir nuestras recomendaciones para que empieces con buen pie en tu estrategia de adopción.
Antes de empezar con cualquier iniciativa de IA, debemos desarrollar en primer lugar una estrategia que este alineada con nuestra visión y plan de negocio en el futuro. En definitiva: ¿en que áreas vamos a poner el foco?
Dependiendo de ese objetivo podemos centrarnos en diferentes opciones y tecnologías disponibles. Por ejemplo para mejorar la experiencia de usuario podríamos usar asistentes personales que mejoren la gestión de ciertas tareas como el seguimiento de pedidos o la gestión de reclamaciones.
En cambio, otras áreas como la gestión comercial podrían verse beneficiada del análisis masivo de datos, reconociendo tendencias y patrones en hábitos de los consumidores, de tal forma que podamos adaptar nuestros procesos de marketing y comunicación a una propuesta más personalizada.
Al igual que en cualquier otra iniciativa tecnológica, debemos plantear un caso de negocio que de verdad tenga potencial de obtener un retorno de inversión interesante a nivel económico teniendo en cuenta a su vez todos los costes indirectos asociados. Si no hacemos este análisis de viabilidad previo, corremos el riesgo de caer en una inversión muy arriesgada que muchas empresas no pueden permitirse.
Hay que pensar, que más allá de que exista una buena solución técnica en el mercado, (pero ojo mucha precaución, por qué se ofrece IA cuando no lo es como ya hemos comentado), tenemos que tener siempre presente el impacto que tendrá en nuestra organización: ya sea en procesos, en la infraestructura y sobre todo en las personas.
Lo más recomendable sería enfocarse específicamente en mejorar un ámbito del negocio e ir posteriormente escalando en función de las mejoras obtenidas. Este es el círculo virtuoso de la adopción tecnológica.
La IA sin datos, es como un coche sin gasolina. Por tanto si quieres tener éxito en la implementación de cualquier iniciativa de IA, debes primero trabajar primero la cultura del dato donde ya hablamos anteriormente en este artículo.
Sin el necesario cambio cultural es realmente complicado que las personas le saquen el partido necesario a los datos, compartiendo, generando y entendiendo los datos que permitan a su vez alimentar a los algoritmos de IA para que vayan aprendiendo de forma autónoma.
Como podemos ver, siempre en el trasfondo de cualquier mejora tecnológica, nunca se puede obviar el factor humano, el cuál es siempre el factor más crítico.
Veamos algunos ejemplo de como aplicar la IA en sectores que tradicionalmente tienen mucho peso dentro de las pymes.
Los robots agrícolas y el uso de drones, equipados con sensores, cámaras y tecnologías avanzadas como el análisis de imágenes por satélite y el análisis predictivo, están transformando la agricultura. Estas innovaciones permiten implementar nuevos métodos de cosecha y mejoran significativamente la monitorización de cultivos, suelos y condiciones meteorológicas, fomentando un modelo de agricultura de precisión más eficiente y sostenible.
Gracias a tecnologías avanzadas como el modelado de edificios en 3D (BIM), que se trata en esencia de una copia digital de lo se va a construir, unido al uso de drones y sensores en las propias instalaciones, hacen posible analizar grandes cantidades de datos, que permiten agilizar la toma de decisiones en el ámbito de la dirección de obras.
Estas nuevas prácticas permiten optimizar la distribución dentro de los edificios, como por ejemplo la planificación de rutas para las tuberías y el cableado eléctrico; mejora también el intercambio de información y la coordinación entre profesionales del sector; así como la vigilancia de obras en aspectos clave como la seguridad, el progreso del trabajo ayudando a un correcto flujo de personas y materiales.
Las tecnologías como los chatbots impulsados por IA para reservas y pedidos, el reconocimiento facial para el check-in; el uso de dispositivos inteligentes para la calefacción y el aire acondicionado; y la automatización en servicios como la coctelería, la cocina y el servicio de habitaciones están transformando el sector de la hostelería con un gran potencial por delante en los próximos años con la llegada a gran escala de la robótica.
El aprendizaje automático, basado en datos de clientes, ocupación y comentarios de los huéspedes, permite ofrecer un servicio automatizado las 24 horas, mayor personalización de las ofertas y servicios, y una optimización de la ocupación y precios para reducir la incertidumbre relacionada con la estacionalidad, además de agilizar los procesos de mantenimiento.
La IA será sin duda la tecnología que marcará la diferencia en los próximos años en la competitividad de tu negocio. Si has llegado hasta aquí, es que eres plenamente consciente de su importancia y seguramente estés trabajando en ello o planteándote empezar a hacerlo.
Desde Ettnia, estaremos encantados en ayudarte en este proceso de adaptación, detectando casos de negocio en tu empresa que permitan justificar su inversión, como a su vez, el desarrollo de un plan estratégico que permita alinear negocio, tecnología y personas para que el proyecto tenga garantías de éxito.
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